jueves, 6 de enero de 2011

Estaré en Maragogi esperándote hasta el final…

Este conto está dedicado a Marka e a todas as pessoas do mundo que como eu, acham que quando um deseja algo com muita força, as coisas simplesmente sucedem...

Kevin Viti llegó a Maragogi con la idea de abrir un bar sobre la playa y disfrutar del estilo de vida que desde muy chico había soñado llevar.

Su pequeño bar, enseguida se convirtió en el centro de encuentro de lugareños y turistas. Kevin ofrecía exquisitos tragos preparados con frutas tropicales, buena música y siempre tenía anécdotas para contar sobre sus momentos vividos con Ana, una amiga que se le había perdido veinte años atrás. Él decía que ella algún día lo vendría a buscar…

Algunas personas creían que Kevin estaba un poco loco cuando hablaba de Ana Busket.

_ Está louco este argentino.

_ Diz que sua amiga Ana o vai vir procurar até cá!

_ Quem sabe… dijo Marka, una de las chicas que frecuentaba el bar, _às vezes quando as pessoas desejam algo com muita força, as coisas simplesmente sucedem.

Con el tiempo Kevin dejó de hablar de Ana, pero secretamente siempre la esperaba. Disfrutaba plenamente del lugar donde vivía, le encantaba la vida al aire libre. Todas las mañanas se levantaba temprano y salía a caminar por la playa para despertar a los peces, y ver asomar los primeros rayos de sol, que iluminaban las arenas doradas.

Veinte años después…

La pequeña villa turística, ubicada en el estado de Alagoas, en el nordeste de Brasil, se había convertido en un centro de vacaciones al que venía gente de todo el país, y de países limítrofes.

Habían abierto imponentes complejos hoteleros y el bar de Kevin se había convertido en un concurrido Club. Durante el día, funcionaba como bar-restaurante y por la noche, iban a tocar importantes artistas.

Marka empezó a trabajar en el Club para ayudar a Kevin. Ella era la encargada de controlar al personal y como era muy sociable, también hacía relaciones públicas en los principales hoteles.

De vez en cuando Kevin le hablaba de Ana. Marka a esa altura, tampoco creía que fuera posible que Ana apareciera alguna vez. Pero escuchaba a su amigo y se enternecía al ver como le brillaban los ojos cada vez que la nombraba.

El Salinas de Maragogi era uno de los nuevos complejos hoteleros que habían abierto en esos años. Marka iba casi a diario porque era el más grande y el lugar al que todos los días llegaban nuevos turistas. Uno de esos días, estaba en la recepción, cuando escuchó que una de las recién llegadas se presentaba como Ana Busket.

A Marka se le paró el corazón.

Pensó por un momento que era imposible que fuera la misma Ana de Kevin… no podía ser. Habían pasado ya veinte años desde que él había llegado a la villa. Por las dudas, sólo se limitó a entregar a Ana una invitación para que asistiera esa noche al Club. Le dijo que estaría Gal Costa, una de las más importantes artistas de Brasil

Ana agradeció la invitación y prometió asistir si el cansancio se lo permitía, ya que había tenido un largo viaje desde Buenos Aires.

Clube de Mar estaba ambientado y decorado con las mejores galas, no siempre podían darse el lujo de recibir a una artista de ese nivel. Habían recreado una pista de baile sobre la arena, con una plataforma de madera.

Kevin estaba nervioso, preocupado por el sonido, la iluminación, controlando el buffet, los tragos, cada detalle; quería que fuese una noche perfecta.

Ana llegó junto a Zunny y Denis, sus compañeros de viaje; y fueron ubicados por la recepcionista, en una mesita delicadamente decorada con un pequeño fanal, iluminado con una velita con aroma a vainilla.

Después de la cena y bajo una noche estrellada, Kevin subió al escenario para presentar a la artista.

Mientras invitaba a todos a deleitarse con la voz de la más grande de Brasil, vio a Ana que lo miraba, incrédula.

Kevin se quedó mudo por unos instantes, que parecieron una eternidad. Después de la presentación de la artista, agregó: Siempre estuve aquí esperándote en Maragogi.

Nadie entendió el mensaje, pero con la euforia de escuchar a Gal Costa, todos aplaudieron a radiar…

Kevin y Ana se adueñaron de la pista y bailaron abrazados hasta el final, la hermosa melodía.

Marka lagrimeaba emocionada y confirmaba su teoría.

Quando as pessoas desejam algo com muita força, as coisas simplesmente sucedem…

Bar -Farinarolls- Rosario - Argentina

Ilustración: Pauli

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